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4 cosas que debemos saber sobre las capitulaciones antes de casarnos

capitulaciones

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«Ésta es mi historia, soy Luis, un joven con grandes sueños e ilusiones, miembro de una familia de clase media muy trabajadora. Mi padre era profesor en un colegio público, y mi madre tiene un pequeño negocio en casa. Mercedes por su parte, es un chica privilegiada, hija de un próspero industrial, y quién se estaba preparando con mucho esmero para relevar generacionalmente a su progenitor en el manejo de los negocios de la familia en el mediano plazo.

Un día, en la cafetería de la universidad nos conocimos. Por ese entonces, cursaba una especialización en innovación gracias a una beca que me había ganado. Mercedes por su parte, adelantaba una maestría en administración de negocios. Nos presentó Carlos, un amigo en común. La atracción fue inmediata, las mariposas en el estómago comezaron a revolotear tanto en mi como en ella con todas sus fuerzas. Éramos un par de tórtolos sedientos de amor. Empezarmos a salir, y la atracción fue aumentando cada día, sentíamos que éramos el uno para el otro.  Un día, al final del trabajo,  quise sorprender a Mercedes, para ello busque unos músicos callejeros a quienes pedí amablemente que me hicieran el acompañamiento musical mientras entonaba la canción por ti volaré. Mientras le cantaba, saqué del bolsillo derecho de  mi pantalón un pequeño cofre, lo abrí en presencia de todos los testigos,  tomé su mano derecha e introduje el anillo en su dedo anular, con entonado acento y con estampa de galán de telenovela, le pregunté: ¿Quieres ser mi esposa? Mercedes emocionada dijo: Si, acepto ser tu esposa.

Cuándo adelantabamos todos los preparativos de nuestra boda, el abogado de su familia le susurro al oído a Mercedes diciéndole: «Tienes que hacer capitulaciones». Mercedes quedó pensativa»

Si quieres saber qué ocurrió con nuestro matrimonio después de la recomendación de su abogado, Lee hasta el final y conocerás como termina la historia.

 

Al igual que los personajes de este relato, cuando vayas a casarte o iniciar una relación de convivencia con una persona (incluso, si es del mismo sexo), es muy importante conocer o establecer la figura de las capitulaciones. Eso que seguramente ya has hablado con tu futura pareja referente a tus bienes, es muy importante que lo plasmes en un contrato conocido como capitulaciones.

Las capitulaciones no deben ser vistas como un acto de desconfianza ni mucho menos como falta de amor o no querer darle nada al otro en caso de una ruptura. No hace falta «satanizar» está importante herramienta jurídica.

 

En este artículo te diremos los aspectos positivos que tiene para ti establecer capitulaciones antes de formalizar una relación.

 

Primero: Es un proceso mucho menos riesgoso.

De salida se establecen «las reglas del juego». La idea de una relación sentimental es compartir tu vida con el ser amado y no estar peleando por unos bienes más adelante. Además, quien esté dispuesto a firmar unas capitulaciones contigo, es una persona madura y lo hace porque le interesas tú cómo persona más que los bienes que puedas tener.

 

Segundo: Protección del patrimonio individual y colectivo:

Al establecer unas capitulaciones con tu futura pareja, se listan los bienes que cada uno aportará a la sociedad conyugal y/o sociedad patrimonial, conformando el llamado patrimonio colectivo y cuáles no harán parte de ella constituyéndose en un  patrimonio individual.  De esta forma, tanto tú cómo tú futura pareja, se esmeran por hacer crecer el patrimonio colectivo y no están pendientes o dependiendo del patrimonio individual de cada uno.

 

Tercero: Evita el surgimiento o existencia de la sociedad conyugal.

Al establecer capitulaciones, te puedes casar o iniciar una convivencia con tu pareja y no necesariamente conformar una sociedad conyugal (Un abogado especialista en derecho de familia te dirá cómo hacerlo) Si no hay existencia de dicha sociedad, los bienes permanecen como individuales y no se verán comprometidos ante una futura ruptura o finalización de la relación.

 

Cuarto: Se puede liquidar la sociedad conyugal sin divorcio

 

Una alternativa adicional de las capitulaciones es disolver o liquidar la sociedad conyugal inmediatamente se contrae matrimonio. La liquidación de la sociedad conyugal puede hacerse sin divorciarse, así como el matrimonio puede existir sin que surja la sociedad conyugal. El matrimonio civil o religioso, o la unión libre, pueden nacer sin sociedad conyugal y/o patrimonial, o si esta ha surgido, puede liquidarse sin necesidad de divorciarse y en su lugar convivir en un régimen de separación de bienes.

 

Dicho lo anterior, terminamos con la historia de Luis y Mercedes.

 

 

«Mercedes y yo nos  casamos. Tenemos dos hermosos hijos. Mercedes al frente de los negocios de su padre ya retirado, mientras que yo me he convertido en  un emprendedor a tiempo completo. Antes de casarnos firmamos las capitulaciones. Nuestro amor es tan fuerte y verdadero que ninguno de los dos tuvo temor de hacerlo, por el contrario, me motivo más a luchar por mi familia y por el bienestar de mis hijos»

 

 

En conclusión, establecer capitulaciones es muy saludable para una futura relación, porque se suman los esfuerzos, las capacidades y las voluntades individuales para crear a partir de ese punto un patrimonio colectivo.

 

Si estás en una situación como la de Luis o como la de Mercedes y no tienes claro como formalizar una relación con tu futura pareja a partir de un contrato de capitulaciones, pide de inmediato una cita y con gusto te asesoramos y te acompañamos en todo el proceso.

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